ERNESTO MALLO. «ME GUSTA QUE EL LECTOR TRABAJE»
Apunte de una clase con el escritor argentino Ernesto Mallo:
Al comienzo de una novela tienes que invitar al lector a un viaje, a un mundo nuevo. Si no lo atrapas en las primeras líneas, si el lector muestra muestra resistencia, lo pierdes.
Él lo logra. Logra atrapar a sus alumnos en los talleres de narrativa, a los asistentes a la presentación de su último libro (‘Los hombres te han hecho mal’, Siruela, 2012) y a los lectores. Y eso que se atreve a transgredir las reglas prescindiendo por ejemplo de los guiones de diálogo. Incide en la importancia del sentido del humor como secreto de la vida y como descanso en la narración. Al presentar la tercera entrega del comisario Lascano (‘Crimen en el Barrio del Once’, ‘El policía descalzo de la Plaza San Martín’) dice entre risas: Otro canto a la alegría de Ernesto Mallo. Sus novelas son duras. Es un destripador de la sociedad actual. Su discurso es mordaz, descreído,irónico, directo y entretenido.
Ha pasado por la Semana Negra 2013, como escritor y profesor, junto a Marcelo Luján, del Taller de Narrativa. Ahora vuela de regreso a Buenos Aires, donde en breve comienza el BAN!, el Festival Internacional de Novela Policial que dirige y que este año celebrará su segunda edición. Viendo el tute que llevaba encima de entrevistas, rueda de prensa, firma de libros y presentación de la novela, le dije que no le quería robar tiempo, que podía ser conciso. Dicho y hecho. Hizo honor a la economía de palabras que busca en sus novelas:
Recomiendo contar la historia con el menor número de palabras posible. Tachar hasta que si quintas un punto o una coma todo se caiga. Esa fragilidad funciona porque el lector se convierte en participe del desarrollo de la novela y completa la historia con su imaginación y conocimientos . Me gusta que el lector trabaje.
(Entrevista y cerveza en la Carpa de Encuentros de la Semana Negra de Gijón)
¿Qué consejo le da a los aprendices de escritor?
Que trabajen. Un autor brasileño dice que «lo que es fácil de leer es difícil de escribir y lo que es fácil de escribir es difícil de leer»
¿Cuál cree que es el fallo más habituales entre los escritores noveles?
No trabajar lo suficiente.
¿Qué aprende alguien que pasa por un taller suyo?
Trato de enseñarles dos cosas: a leer con una visión crítica de su propia obra y a corregir.
¿Cómo empezó a escribir?
Yo era muy mal alumno en todo: conducta, aplicación… Un día llamaron a mi madre del colegio. Ella me preguntó que qué había hecho de malo aquella vez, porque era habitual que llamaran a mi casa del colegio… El caso es que lo que querían era pedirle permiso para leer una composición que yo había hecho. Ahí me di cuenta de que era bueno en algo, así que seguí.
Y ahora, ¿cuáles son sus rutinas de escritor?
Escribir a diario, y si un día no escribo estoy pensando en escribir. Con ninguna rutina, ningún método, ningún sistema.
¿Qué era lo que le pasaba con la página 40?
La página 40 era una cosa como mágica. Cuando llegaba ahí la historia perdía la fé. Se moría. Organizándome a partir de los títulos de los capítulos empecé a superar esa maldición.
¿Por qué novela negra?
En realidad no escribo novela negra. Escribo sobre la locura. Como hay muerte y asesinato lo llaman novela negra.
¿Por qué organiza así los diálogos?
Porque son más rápidos.
¿Cuántas historias le han quedado en el cajón?
Muchas.
¿Qué cree que hacen esos papeles ahora que no los ve?
Están durmiendo la paz de los justos, esperando a ser canibalizados.
