EDITORIAL MACLEIN Y PARKER: «QUE TENGA SU PROPIA VOZ. ESO ES LO MÁS IMPORTANTE»

On 20 mayo, 2014 by Redacción Creatividad Literaria

La próxima semana llegará a las librerías  Los últimos cien días de Jindra Hertam, novela con la que el escritor sevillano Juan Antonio Hidalgo confirma la puesta de largo de un nuevo debut editorial en España, el de Maclein y Parker . Cecilia Ojeda Álvarez y Antonio Abad Albarrán, al frente de este sello, responden a nuestras preguntas con el conocimiento de quienes vienen del mundo de la cultura y la literatura y con la ilusión de los que comienzan un proyecto.

¿Cuál es la historia de la editorial? ¿Por qué la creasteis?Portada_Los últimos cien días de Jindra Hertam

Los dos socios que formamos Maclein y Parker ya habíamos trabajado juntos en una revista cultural creada por Antonio hace varios años. Cada uno por su lado está relacionado con el mundo de la cultura y la literatura, Antonio como diseñador gráfico y Cecilia como periodista cultural y, más tarde, como librera. En el campo profesional de cada socio sentíamos que necesitábamos dar un paso más y crear nuestro propio proyecto. Y, como la unión hace la fuerza, decidimos asociarnos para darle salida a nuetras inquietudes. Así que, como un paso natural en nuestra evolución tanto profesional como personal, nace el proyecto Maclein y Parker. Los comienzos fueron en diciembre de 2013 con un blog que es un espacio de creación literaria, a la que hemos añadido la presencia de músicos, artistas gráficos, fotógrafos e ilustradores para enriquecer la experiencia literaria y convertirla en una experiencia cultural completa. Aunque empezamos con el blog, el objetivo final era, como editorial, publicar en papel. Y ese objetivo se ha visto materializado en la primera referencia que lanzamos en mayo, Los últimos cien días de Jindra Hertam, del autor sevillano Juan Antonio Hidalgo.

 

¿Qué tipo de libros y de autores queréis que vean la luz?

Estamos apostando por escritores noveles o poco publicados, de hecho queremos que la cantera de colaboradores actuales del blog se convierta en nido de futuros autores de la editorial Maclein y Parker, siempre que ofrezcan un producto de calidad. En cuanto a los libros, nos decantamos por la narrativa contemporánea, autores que cuenten una buena historia y hagan pensar al lector más allá de lo que se dice en las páginas del libro, sin cerrarnos a ningún género concreto. Nuestro única intención es que se cumplan unos criterios básicos para que el lector tenga en sus manos un libro que merezca la pena.

 

¿Aceptáis manuscritos? Si es así, ¿qué os chiva que un manuscrito es tan bueno como para lanzarse a publicarlo?

Sí que aceptamos manuscritos y, de hecho, estamos encantados de recibirlos porque significa que los autores confían en nosotros para publicar su obra. Cuando tenemos entre manos un manuscrito, la chispa que hace saltar la idea de publicarlo es que nos conmueva, y nos remueva algo, que nos haga sentir que tenemos que compartirlo con los demás, que merece la pena que otras personas disfruten de esa lectura. De hecho, creamos la editorial por esa necesidad de la que hablábamos de adentrarnos más en el fascinante mundo del libro, no como meros espectadores, sino como agentes activos en la creación de cultura y en la difusión de la literatura.

 

¿Cuándo creéis que autor tiene opciones de salir, evolucionar como escritor?

Está claro que las técnicas de escritura son importantes, pero sobre todo cuando un autor tiene un estilo propio y trabaja para definirlo día a día nos llama la atención. La forma en que está escrito un texto, los recursos que usa el autor y cómo los utiliza nos suelen dar la clave para fijarnos en sus escritos. Por otra parte, creemos que estos recursos deben estar en consonancia con los temas de los que habla el autor, para que haya cierta homogeneidad y la obra se un todo con sentido, que se sepa distinguir al escritor no sólo por lo que dice sino por cómo lo dice. A eso es a lo que nos referimos con la personalidad propia, que sea reconocible entre los demás. No es necesaria una originalidad excesiva ni que pretenda inventar nada, sólo que tenga su propia voz. Eso es lo más importante.

 

¿Qué pasos le recomendáis que siga a un novel?

 Principalmente, que crea en su trabajo. Lo segundo, que escriba todo lo que pueda, que le dé una continuidad a su labor como escritor. La escritura tiene parte de creatividad innata, pero hay que desarrollarla día a día, crecer y evolucionar dentro de la línea que el autor se marque. Y, por supuesto, leer muchísimo: las influencias literarias son importantes y hay que saber adaptarlas a la propia forma de expresarse. En lo tocante a la publicación, constancia y no desanimarse ante las negativas de las editoriales. Tal vez no se encaja por el género o por el estilo, pero siempre puede haber un hueco para cada uno. La escritura es una carrera de fondo y, como decíamos antes, es complicado encontrar una voz propia que conmueva al lector. Pero, una vez que se consigue, la cuestión es insistir, no decaer y encontrar una editorial de confianza que valore el trabajo que se hace. A veces, incluso es bueno arriesgar y probar estilos y recursos diferentes; tal vez el camino se encuentra en algo en lo que ni siquiera se había pensado.

En vuestra presentación decís que “la realidad se puede transformar a través de la literatura”. ¿Con qué libros habéis sentido eso?

La realidad se transforma porque el lector siente un cambio después de tener contacto con el libro y es él quien actúa y transforma su entorno. En nuestro caso, hay ciertos títulos que nos han marcado y, sobre todo, el momento en el que lo hemos leído o el proceso vital por el que estábamos atravesando o la edad que teníamos. Por desgracia, también hay libros que hemos leído cuando no era el momento apropiado y hemos perdido la oportunidad de sacar algo de su lectura. Por citar algunos títulos de los que nos han tocado la fibra, podríamos decir en el caso de Cecilia, libros tan dispares como Hacia rutas salvajes, de John Krakauer, o Resurrección, de Tolstoi; en el caso de Antonio,  Los vagabundos del Dharma, de Jack Kerouac, o El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad.

 

También habláis de los libros como pequeñas joyas “que el coleccionista quiera poseer no sólo por lo que dice o cómo lo dice, sino por cómo está presentado”. ¿Qué opinión tenéis del e-book? ¿Creéis que crecerá el número de lectores en relación al consumismo tecnológico?

 Desde el principio teníamos muy claro que el acabado del libro, su presencia física, queríamos que fuese la mejor posible. De ahí que para la primera referencia hayamos invertido mucho tiempo en estudiar los tipos de papel, las tipografías, la composición de la cubierta, es decir, cuidar el detalle para que lector, además de disfrutar de las letras en el interior, sienta que el editor ha tratado con mimo y cariño ese producto. Somos muy perfeccionistas con nuestro trabajo y, por lo tanto, se ha plasmado en la confección del libro para que, sólo con tocarlo, comience la experiencia literaria. De hecho, estamos muy contentos con el resultado porque todas las ideas que teníamos en abstracto se han materializado en el producto final: el libro ha quedado tal como lo pensábamos en nuestras cabezas.

Dicho esto, a pesar de nuestro amor por las texturas, los colores, los olores del libro, no somos ajenos a la evolución del mercado y la relación del lector con el producto tecnológico. Por eso, también ponemos a disposición del lector el formato electrónico, si bien a precios accesibles y ajustados, ya que entendemos que se trata de un archivo que no requiere un coste elevado para su elaboración. De todas formas, no será la prioridad para la editorial, ya que nuestra línea va en la promoción y difusión de la obra en papel. Simplemente, se trata de una opción más para el lector que prefiera este formato.

No creemos que el consumo de literatura vaya a aumentar por la existencia del libro electrónico pero tampoco le hace daño, siempre que se respeten las descargas legales. La coexistencia pacífica es posible. Se trata más de un problema de las grandes editoriales y distribuidoras, que venden de forma masiva al gran público y sufren la piratería, que de los proyectos como el nuestro, que se decantan por obras más cuidadas y dirigidas a un sector más biobliófilo.

 

A la hora de publicar un nuevo libro, ¿os interesa solo la calidad de la historia o influye también el carácter, trayectoria, influencias del autor/a?

Las dos vertientes van unidas, aunque principalmente nos tiene que llenar la historia, tiene que decirnos algo especial. Normalmente la historia nos conmueve porque el autor la cuenta con una voz particular, como hemos dicho antes, donde se nota su personalidad. La trayectoria y las influencias son el bagaje cultural y literario del autor y no tienen por qué coincidir con las nuestras, pero sí mostrar su amplitud de miras, sus ganas de evolucionar, de desarrollarse…

 

¿En qué género os vais a concentrar?

La verdad es que no tenemos un género definido. La narrativa contemporánea es capaz de integrar en un solo volumen géneros bien dispares, sin definir uno concreto. En principio no nos cerramos a ninguno, pero sí que, teniendo en cuenta nuestro público objetivo y nuestros criterios de selección, seremos muy cuidadosos con el tipo de literatura que publicamos. La novela actual, los relatos breves, el cuento, la poesía, el ensayo, tienen cabida en nuestra editorial siempre que encontremos la chispa de la que hablábamos más arriba.

 

Habladnos de ese primer libro…. Y ¡suerte!

Los últimos cien días de Jindra Hertam es una novela, aunque su estructura es bastante peculiar por la forma en que su autor, Juan Antonio Hidalgo, la creó en principio. En su día, el escritor se puso como objetivo y reto personal escribir cien relatos en cien días consecutivos en un blog. Conforme fue creciendo el número de relatos, se dio cuenta de que estaban entrelazados ya que hablaban de personajes comunes e historias que se cruzaban. Asimismo, el personaje principal, y que da título al libro, es un trasunto del autor, que éste ya había utilizado en otros relatos e historias y que es quien escribe esta novela. Entramos así en el juego de la creación y en el binomio realidad-ficción, de la que se nutre el libro, más allá de las tramas que se entrelazan y que le dan unidad y coherencia.

Si bien en la superficie se trata de la historia de una asesina a sueldo y su encuentro fortuito con el escritor checo Jindra Hertam, por detrás subyacen otros personajes, salidos de la pluma del propio Jindra que, como creaciones suyas, cobran vida ante los ojos atónitos de su propio creador y de los lectores.

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