CLARA OBLIGADO: «SIN CONTINUIDAD NO HAY ESCRITURA»

On 13 marzo, 2015 by Redacción Creatividad Literaria

cubierta_OBLIGADO_imprentaClara Obligado le da una nueva vuelta de tuerca al cuento y a sus estructuras en La muerte juega a los dados. (Páginas de Espuma, 2014). La escritora argentina afincada en España es un referente en el género corto con publicaciones como Las otras vidas o El libro de los viajes equivocados, entre otras. También ha escrito novelas: Salsa, No le digas que lo quieres, Si un hombre vivo te hace llorar y La hija de Marx, por la que recibió en 1996 el premio Lumen.

Es además referente y precursora de los talleres de escritura creativa, que lleva impartiendo desde 1978. Así que somos todo oídos a sus reflexiones y consejos, y en esta charla deja unos cuantos. Que la disfrutéis:

La muerte juega a los dados puede leerse de seguido como una novela o de manera desordenada, cuento por cuento. ¿Lo planeó así desde el principio? ¿Cómo fue su proceso de escritura?

Lo pensé desde el principio. Pretendía una estructura mestiza, que combina micros con cuentos largos, distinto tipo de cuentos y un aire de novela. Hay técnicas que los cuentistas hemos dejado a la novela, como la tensión, el largo aliento a la hora de crear la psicología de un personaje, el manejo del enigma, y quería recuperarlos para el género. Se trata de un experimento, pero creo que funciona.

Tomando como inspiración el título de su último libro, ¿qué lugar ocupa el azar en su escritura? ¿Deja que la imaginación le sorprenda? ¿O es un trabajo disfrazado de espontaneidad?cubierta_OBLIGADO_20111103

No valoro particularmente la espontaneidad o, como decía creo que Ítalo Calvino, la naturalidad es algo que he logrado después de treinta años de escritura.  Las ideas pueden ser azarozas, o algunas imágenes, pero no la estructura del libro ni el estilo, que trabajo muy arduamente. No lo vivo tampoco como algo que me pesa, creo que la verdadera escritura está ahí, en la insistencia por co-regir, es decir, por llevar el texto a donde pienso que tiene que ir.

¿Le importa mucho la historia de lo que cuenta o trabaja más el cómo está escrito?

Desde mi punto de vista, la forma lo es todo. Es decir: puedo contar la misma historia de mil maneras, y pensemos que, en líneas generales, todas las historias están contadas. Lo que varía es el modo, el enfoque, la técnica, la estructura. Ahí está el trabajo del escritor.

¿Qué pasos ve fundamentales en la escritura de una novela, un cuento y un micro relato?

Un micro y un cuento son casi un fogonazo. Una novela, un trabajo de largo aliento. Como bien decía Cortázar con un símil del boxeo, un cuento gana por k.o. mientras que una novela gana por puntos. Pero, como bien he podido comprobar con la escritura de La muerte juega a los dados los límites son imprecisos.PFSB1_CUBIERTA.ai

En el vídeo explicativo sobre sus talleres habla de la importancia de la evolución personal de cada alumno. ¿Cómo fue la suya? ¿Cómo creció como escritora?

Soy una escritora tardía, empecé a publicar casi con 40 años y nunca he tenido prisa en publicar. A mí me interesa la escritura como proceso de investigación en las maneras de decir, como lectura de otros textos. Me interesa la búsqueda de la exactitud a la hora de contar, el juego permanente con el lector. Evidentemente, no soy una escritora comercial, sino que me tomo mi tiempo. No sabría hacerlo de otra manera, ni me interesa. Creo que en mi vida de escritora la lectura de otros autores es casi lo fundamental.

¿Es fácilmente compatible el potenciar y afinar la creatividad de sus alumnos y al mismo tiempo trabajar en la suya?

En este sentido, creo haber logrado una disociación que me viene bien. No podría escribir si no tomara distancia con respecto a lo que oigo en el taller y, a la vez, tengo que preservar mi espacio. Para ser una buena profesora de taller, tengo que ser capaz de entrar en profundidad en los textos ajenos para ver dónde fallan, dónde aciertan. Pero no son textos que yo escribiría, ni tienen demasiado que ver con mi poética. Me parece que tiene que ser así. No enseño a escribir como yo escribo, aunque no tengo ningún inconveniente en contar los trucos que utilizo, sino que procuro que cada escritor encuentre su propia voz que, en la mayoría de las ocasiones, no coincide con la mía.la hija de marx

En ocasiones me encuentro en los talleres con gente con un estilo genial y creo que si tuvieran continuidad y suerte podrían ser autoras o autores reconocidos. ¿Qué recomienda a este tipo de alumnos?

Que perseveren. La vida del escritor no es fácil y a veces no alcanza con tener buenos textos. También es cierto que se puede alcanzar el éxito con malos textos, como bien muestra el mercado. En algún sentido, la literatura es igual a cualquier otro oficio: hay que saber manejarse en un ambiente, buscar editorial y apoyos necesarios para publicar. Es un oficio duro, pero creo que vale la pena. Sin continuidad no hay escritura. Si te desmoralizas porque no consigues publicar pronto, no sirves para esta tarea. Sin suerte, en cambio, sí hay literatura. Mira a Kafka… En síntesis, a una persona que empieza yo le recomendaría que se enamore de la escritura y no de la fama, que trabaje su carácter porque es un mundo complejo donde entran tanto el éxito como el fracaso, el reconocimiento como el anonimato más absoluto. Que confíe en lo que está haciendo. Que busque a sus pares, a la gente que tenga los mismos deseos y esté en la misma búsqueda. Para ser escritor creo que hace falta una cuota de soberbia, para mantenerse en los malos momentos, y otra de modestia, para comprender que no somos genios y que nos queda mucho por aprender. Creo que los talleres muchas veces, sirven para esto.

Quien tiene un fogonazo, un destello de calidad, ¿posiblemente esconda un don que pulido brillas otras vidasle?

 Puede ser. Pero que el fogonazo nos pille trabajando.

Una pregunta que a menudo surge en los talleres y que cada participante tiene una respuesta diferente: ¿Qué es escribir bien? ¿Cómo lo define usted?

 Creo que es una pregunta sin respuesta, o que tiene tantas respuestas como escritores. Para mí un texto está bien cuando dice exactamente lo que quiero decir y cuando tiene lectores que lo comprendan. Pero entiendo que decir esto es decir muy poco.

Con los años que lleva en España ¿cree que el cuento se acerca al prestigio del que goza en Sudamérica o aún estamos lejos?

Creo que el cuento, en los últimos años, y en gran parte gracias a los talleres, ha crecido tanto en buena producción como en lectores más formados. Que exista una editorial como Páginas de Espuma, que se dedica al género, y que acaba de cumplir los quinc años, ya es un síntoma. Pero no se puede compar a España con Sudamérica. España es un país, y Sudamérica, un continente.

¿Cómo ve la educación española en cuanto a literatura se refiere? ¿Qué cambios sugeriría?

 Si estuviera en mis manos, reemplazaría la enseñanza de la literatura tal y cómo se imparte por talleres de lectura y de escritura. Se da más importancia al aspecto filológico que al creativo, a la memoria que al placer de la lectura. Es decir, importa más la información que a la formación. Es una pena. Hay, sin duda, profesores apasionados y que lo hacen bien pero, en líneas generales, se convierte algo tan importante como leer y escribir en un mero trámite.4

En Se dice poeta, el documental de Sofía Castañón, poetas y editores reflexionan sobre por qué las escritoras tienen menos presencia siendo, por ejemplo, más activas en clubes de lectura o talleres de escritura. Usted que ha escrito ensayos sobre la mujer y tiene experiencia como profesora de estos talleres, ¿qué explicación le encuentra?

Creo que la explicación de este fenómeno no es demasiado diferente a la de por qué las mujeres ganan menos o por qué no consiguen puestos de primer nivel con tanta facilidad como los hombres. En el medio literario, en particular, a la hora de establecer el canon o de dar premios de prestigio sigue habiendo un claro dominio masculino. Si lo señalas, te miran con condescendencia. Es como si no se pudiera mencionar el tema sin cierto menoscabo de quien lo hace. Pero sí que se habla de literatura femenina. Creo que se tendría que hablar más de literatura masculina y de cómo ellos se reparten los premios de prestigio mirando hacia otro lado cuando se les señala que están sustentando un club de hombres. Para mí no es más que otra forma de la discriminación y de la violencia machista.

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