Chus Fernández: «No hay zonas de confort en la escritura»

On 7 noviembre, 2014 by Redacción Creatividad Literaria

sin musica

Chus Fernández ha escrito Los tiempos que corren, Premio Asturias Joven de Literatura 2001, Defensa personal, Premio Tiflos de Novela 2002 y Paracaidistas (Trea, 2011), la novela que me impulsó a buscarle hasta dar con él. Acaba de publicar Sin música (Caballo de Troya, 2015) y tenemos muchas ganas de leerlo.

 

¿Qué es lo que más te gusta de ser escritor de ficción?

La ficción me ofrece la posibilidad de crear situaciones determinadas a partir de emociones concretas: escenarios donde el tiempo pueda ser transformado en pensamiento y el pensamiento en tiempo.

 

¿Y hay algo que no te guste?

No.

 

¿Qué rutina llevas a la hora de escribir una novela? Si es que llevas una rutina.

Intento escribir a diario, no soltar la narración. Solo así se pueden dar por sí mismas las asociaciones, las correspondencias y las rimas internas. Si no hay continuidad no hay nada. Para ello, para que esa continuidad pueda ser una realidad que dure y me haga durar, he de sentirme permeable, experimentar un estado en el que se den la mano la tranquilidad y la excitación.

Paracaidistas[1]

¿Te rompes mucho la cabeza durante el proceso?

El proceso es todo. Dicta sentencia. Te devuelve lo que le das. Ni más ni menos. Es el premio. Y también puede ser el castigo. Depende siempre de las razones. Con cada libro descubres, o vuelves a descubrir, que los pilares en los que te habías apoyado anteriormente ya no sirven y debes construir unos nuevos que tampoco servirán en los libros por llegar. Se trata de crear un sistema hecho a partir de rigores y libertades, con sus propias leyes. Unas leyes a las que uno pueda someterse felizmente, más pendiente de las constantes que de las pautas.

 

¿Qué tipo de literatura, de expresión, de estilo hace que descartes la lectura de una novela?

En cuanto abro un libro soy acogido o expulsado. Me dejo llevar.

 

¿Qué nivel te exiges?

Me exijo lo máximo que se puede uno exigir: la naturalidad.

 

¿Partes de un estilo predeterminado o lo vas encontrando durante la redacción?

El estilo es una consecuencia y no un objetivo: una forma que dice yo. Una manera de bordear algo que solo se intuye. Un desorden dirigido. Un acuerdo entre las necesidades del que habla y las necesidades de lo que está siendo dicho. Otra cosa es la voz, la voz es siempre otra cosa. Una obra, desde el mismo momento en que empieza a cobrar forma en tu cabeza, se convierte en una ocasión para el encuentro con lo nuevo y para el reencuentro con lo propio. Narrar es diluirse. Seguir el rastro que dejas.

 

¿Arriesgas cuando empiezas algo nuevo o escribes desde una zona de confort?

No hay zonas de confort en la escritura. Hay reconocimiento o falta de reconocimiento. El material dicta el tono. La urgencia elige el material. Y la voz manda (escribir con una u otra voz supone escribir o no escribir). Arriesgar no tiene nada que ver con la dificultad o la novedad. Arriesgar es escribir atendiendo solo a las propias necesidades. De hecho, yo creo que para ser original no hay que hacer algo distinto sino algo personal.

 

¿Escribes relatos?portada-i6n65158

Ahora mismo, no. Los escribí durante un tiempo. Pero dejé de hacerlo. Me pareció que estaba reduciendo algo fundamental en vez de ampliarlo. Que había en ellos más voluntad que irrupción. Por decirlo de alguna manera: lo narrado era una intención en lugar de una posibilidad, una solución tras otra y no una reacción que propusiera. Yo necesito sentir que lo que estoy escribiendo es algo que se va dando. Y eso, hoy por hoy, no es algo que sienta a la hora de trabajar en un relato.

 

¿Y poesía?

Cada vez menos. Ahí la voluntad puede poco.

 

¿Puedes contarnos algo de Sin música, tu nueva novela?

Un pueblo costero. Vacaciones de verano. Desapariciones. Apariciones.

 

 

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