CARLOTA SUÁREZ: «SERÍA UNA ASESINA EN SERIE PERFECTA»

On 5 junio, 2020 by Redacción Creatividad Literaria

La perseverencia y la pasión son claves y hoy entrevistamos a una autora que se vuelca en sus historias hasta el punto de mezclarse la investigadora con la narradora. Devota de la documentación, perfeccionista y exigente confiesa que los esquemas, notas y post its que decoran su mesa de trabajo podrían hacerla pasar por una detective policial. Al mismo tiempo reconoce que «sería una asesina en serie perfecta». Muchos lectores han descubierto a la escritora asturiana Carlota Suárez García gracias a la novela negra La tumba del Rey, publicada por Huso Editorial en 2019. El libro ha ido tachando ediciones a una velocidad vertiginosa, pero hay un título previo que también fue un éxito de la autoedición, TINTA: Una muerte inexplicable. Para todos quienes dudáis entre autoeditaros o buscar editorial aquí tenéis un ejemplo de que ambas opciones son compatibles. Lo importante es escribir y evolucionar. En sus palabras: «Nunca me he sentido presionada por algo que no sea mejorar mi obra anterior… La siguiente novela que publique será mejor que La tumba del rey; de no ser así, no permitiré que vea la luz.»

LA TUMBA DEL REY

¿Qué interés creativo encuentras en el crimen? Para mí, el interés real radica en la causa que lleva al ser humano a cometer el crimen y no en el crimen, propiamente dicho. Obvia decir que el método con que se perpetúa puede ser de lo más creativo, según la mente o el tintero en que se geste, pero yo encuentro mucha más “chicha” en los motivos que en los hechos. Por ello, pongo más interés en la construcción de los personajes que en la descripción del escenario o narración de los hechos. Lo que de verdad me interesa es su psicología y si consigo hacerlo bien, actuarán de un modo y en un entorno que sabrán trasladar al lector de forma natural.

Te mueves en un género con muchos devotos. ¿Eso es una ventaja o una presión? Esta pregunta es difícil de responder. Por un lado, siempre tengo algo que contar y cuando termino de hacerlo debo etiquetarlo en función del número de palabras, temática o qué se yo, para facilitar la difusión y venta del libro. Si, como en el caso de La tumba del rey, tenemos al menos un crimen y uno o más investigadores, le colgamos la etiqueta de “novela negra” que, en efecto, tiene muchos devotos. El que haya muchos consumidores del género al que pertenece mi obra me da la ventaja de contar con muchos lectores potenciales. Por otro lado, mi técnica y modo de sentir la tinta encajaría más en ese cajón desastre que alguien decidió definir con un término tan general como “narrativa”, lo que puede alejar al lector habitual de novela negra de su modo de entender el género. Remitiéndome a tu pregunta, esto último podría tomarse como una presión, pero debo admitir que en lo que respecta al trabajo de narración, nunca me he sentido presionada por algo que no sea mejorar mi obra anterior.

¿Adentrarse en lo oscuro se traduce en pesadillas? ¿Te ha sucedido que escribir se convierta en un riesgo de preocupación más allá del papel? Me ha sucedido a la inversa. Ser testigo de lo oscuro se traduce en pesadillas que, por suerte, tengo la capacidad de exorcizar en negro sobre blanco. Esto me permite que la preocupación se quede en el papel y sea compartida con el lector. En ocasiones, he sentido que trasladar mis preocupaciones o inquietudes a quien me lee es un acto de egoísmo, que se acerca peligrosamente a los crímenes que acostumbran a cometer algunos de mis personajes.

En el caso de La tumba del rey, ¿qué fue antes, el viaje a Canarias o la historia? Me encontré con la historia en Canarias, pero conocía muy bien el escenario; había pasado largas temporadas allí antes, durante y después de gestarse la historia. 

¿Escribes en el lugar de los hechos? Si es así, ¿qué te aporta? Acostumbro a situar mis tramas en escenarios que conozco y también a investigar mucho hasta el último detalle, lo que implica escribir, tomar notas y corregir en el lugar de los hechos. Creo que cada escritor tiene su técnica, hábitos y manías, pero a mi modo de ver, llevarte el borrador al contexto geográfico de la novela aporta credibilidad a la historia y la hace madurar de forma natural.

¿Te organizas con esquemas y notas como una detective? ¡Ay, sí!, aquí me pillas. Mi mesa de trabajo son montones de cuadernos –sin pautar, siempre- con biografías de personajes, árboles genealógicos, líneas temporales, recortes de prensa… Soy terriblemente ordenada, meticulosa y casi rozo la obsesión. Creo que sería una asesina en serie perfecta, de poder añadir la amnesia selectiva a mis defectos.

En La tumba del Rey se aprecia mucha documentación por tu parte. ¿Estudias mientras escribes o es un trabajo previo e independiente? ¿Es difícil descartar información para la novela? ¿Hay un riesgo de teorizar la ficción? La mayor parte del trabajo de documentación lo hago antes de empezar con el proceso creativo, pero es inevitable tener que completarlo mientras escribo. Después, mientras corrijo, vuelvo a mis notas para asegurarme de que todo encaja y no es raro que me encuentre con algún dato que llama mi atención. En más de una ocasión, esto me llevó a tirar del hilo y caer en la tentación de introducir mi descubrimiento en la trama. Es muy importante documentarse a fondo, pero dar la información de forma indirecta, de modo que respalde la trama sin que se note. Siempre es difícil suprimir, pero debe hacerse sin miedo, para que la historia no pierda velocidad y no se haga densa.

En tu sección radiofónica en La buena tarde (RPA) compartes tu entusiasmo por muchos autores. ¿Qué crees que es más importante en el crecimiento de un escritor, leer o escribir? Sin ninguna duda, leer. No entiendo la escritura sin la lectura y creo que estamos hechos de todo lo que hemos leído. Antes que escritora soy, he sido y siempre seré, una lectora convencida.

¿Hay otros factores que creas que son importantes para mejorar? Creo que hay un factor determinante, que es la VOLUNTAD de mejorar. Y aquí entraríamos en un debate largo, muy trillado pero no por ello menos interesante, que es el del ego. En la literatura, como en cualquier otro arte o disciplina, es necesaria una buena dosis de humildad para saber recibir y aprovechar las críticas. Además, es importante saber que siempre va a haber alguien que escriba mejor que tú y eso es fabuloso. 

¿Crees que hay margen de aprendizaje o es todo virtud innata? Creo que la virtud, creatividad o dotes narrativas de un escritor son una mínima parte de su capacidad, siendo el trabajo duro y la constancia lo que la determinan. En cuanto al aprendizaje, creo que un buen escritor no deja nunca de aprender porque toda obra, hasta la que nos puede parecer inmejorable, se puede mejorar.

La tumba del Rey es tu segunda novela. ¿Fuiste más exigente, más “profesional”? Es decir, ¿qué aprendizaje de la primera trasladaste a la siguiente? No fui más exigente, porque siempre me intento exprimir al máximo de mis capacidades, pero cuando escribí Tinta, aprendí mucho de lo que luego apliqué en La tumba del rey. Como resultado, La tumba del rey es mejor que Tinta y la siguiente novela que publique será mejor que La tumba del rey; de no ser así, no permitiré que vea la luz. Esta es una de las normas que me he impuesto, a fin de mejorar cada día.

TINTA. UNA MUERTE INEXPLICABLE

Creo que ahora estás escribiendo una nueva historia. ¿Te cuesta cerrar unos personajes y comenzar con otros? ¿O se mezclan situaciones y vidas? No me cuesta cerrar personajes porque no siento la necesidad de hacerlo. Soledad, Valeria, el sargento Santana y los demás siguen viviendo sus vidas, aunque yo no las esté narrando. Esto puede dar lugar a ciertas situaciones, como que uno de los personajes de mi futura novela vaya a la biblioteca y sea Val, quien lo ayude a encontrar un libro. Es algo natural, una consecuencia de dar vida a personajes que comparten espacio y tiempo, independientemente de la historia que viva cada uno de ellos.

Publicar con Huso ha supuesto un escalón importante para ser conocida por más lectores. ¿Escribes pensando en ellos? No. Escribo para mí, aunque sería una cínica si dijera que no escribo para que me lean. Esto puede resultar contradictorio, pero no lo es. Si yo escribiera pensando en los lectores, estaría condicionada, por lo que no lo haría de forma natural, que es lo que pretendo aportar al lector. Cuento la historia como a mí me gustaría leerla, lo que puede traducirse en escribir para el lector.


En el aspecto editorial, ¿qué consejos le darías a quien se adentra por primera vez en la aventura de publicar? Pocos consejos puedo dar, salvo que no se precipite. Cuanto más tiempo tardes en encontrar editorial, más tiempo tienes para mejorar la obra que siempre, desde el primer borrador hasta la última edición, va a ser mejorable.


Tu género es muy de sagas. ¿Te planteas una? Como te decía anteriormente, no me planteo otra cosa que contar mi próxima historia. Mientras unos personajes nacen, los anteriores viven y avanzan, por lo que serán ellos quienes llamen mi atención, si algún día nos quieren contar algo interesante.

Comments are closed.