Una pausa
«El autor suspende su trabajo en el cuarto oscuro, los muchachos dejan de luchar, los faros de los coches se iluminan como tocados por 
un incendio. En la pantalla sólo veo unos labios que deletrean su momento Atlántida.»
Extraído de ‘Tres’, de Roberto Bolaño (El Acantilado,2000).
Aprovecho este poema para subrayar esa máxima de que si llevas un tiempo dándote cabezazos contra la historia, los personajes, las palabras y la pantalla, es buena una pausa. Será al cerrar el cuarto de trabajo y dar un paseo cuando tal vez vuelvan a iluminarse esos faros.
Esas pausas también se pueden usar para leer un poema o escuchar una canción. Recurrir a ese tipo de tentempiés oxigena, también los comestibles claro, o una ducha o aprovechar para lavar los platos. Cualquier actividad,o incluso pasividad, que te aleje del bloqueo, del empantanamiento de ideas te hará volver al rato con la mente más lúcida. Tener a mano un libro inspirador, sugerente, es una buena opción, aunque lo hayas leído varias veces. Deleitarte con las imágenes que te provoca, con el lenguaje que utiliza o con los diálogos si es que los tuviera. Si optas por esta técnica ‘Tres’ es un buen acompañante. El libro de Bolaño es una peculiar recopilación de poemas de verso libre, frases y fragmentos cortos divido en tres partes en los que las vivencias de un escritor con sus creaciones se mezclan con la ficción, tanto en verso como en prosa. Una especie de fiebre literaria, onírica, de metaliteratura poetizada, si es que eso existe. Para ayudarse a sí mismo, el autor utiliza como imagen metafórica un caleidoscopio. Co él expresa la ventanita a través de la que dialoga con sus personajes.
«Una persona —debería decir una deconocida— que te acaricia, te hace bromas, es dulce contigo y te lleva hasta la orilla de un precipicio. Allí, el personaje dice ay o empalidece. Como si estuviera dentro de un caleidoscopio y viera el ojo que lo mira. Colores que se ordenan en una geometría ajena a todo lo que tú estás dispuesto a aceptar como bueno. Así empieza el otoño, entre el río Oñar y la colina de las Pedreras.»
En las entrevistas de Creatividad Literaria muchos autores han respondido sobre su comportamiento ante los bloqueos. Leticia Sánchez Ruiz, por ejemplo, cuenta que va hasta la cocina y se queda mirando la lavadora con la mente en blanco. David López repite una y otra vez los diálogos de una película (Cazafantasmas en el momento de la entrevista)…
Vamos, que detenerse es bueno, luego lo que cada uno haga, eso es algo, como veis, muy personal.
¿Alguna técnica que confesar?
