MIGUEL ROJO: «LA LITERATURA ABSORBE COMO UN TAMPAX»

On 1 septiembre, 2013 by Redacción Creatividad Literaria

Me lo encuentro en la barra leyendo la contraportada de El Comercio, donde es colaborador habitual. Como yo, también un par del paséue señoras se dirigen a él. Una para felicitarle, entiendo que por su último premio, otra para apuntarle que hay además una columna suya en el periódico del día. Miguel, sorprendido, le da las gracias y salimos a la plaza del Parchís. Al poco aparece otra mujer, la escritora Beatriz Rato, y charlan. Luego me cuenta que le gustaría vivir de escribir, pero que no le conocieran en la calle. Mal lo lleva.

En su entrada en la Wikikpedia podéis ver su extensa y variada bibliografía así como todos los premios que acumula, (Xosefa Xovellanos, de la Crítica de Asturias en Infantil y Poesía) a excepción del último, el de este verano: El Timón. Para él son «caramelinos dulces» pero de «trascendencia mínima de cara a la labor como escritor, sirven nada más que para acabar en wikikpedia». Y por eso, durante la charla, de lo que habló fue de los tres meses que pasó en Creta de excedencia, escribiendo, recordó cómo le influyó la lectura de ‘Cien años de soledad’ y lo osado que era en sus principios,  reflexionó sobre cómo se descubre a sí mismo a través de sus versos, de que no es cierto que alcohol y drogas ayuden en el proceso creativo, valoró su faceta de profesor «humorísitamente duro», se sorprendió de que nunca haya escrito teatro, citó a los «cabrones» de sus amigos a los que usa para que le destrocen sus manuscritos, del peligro de las etiquetas, del error de la literatura al servicio del nacionalismo y de la ruptura imaginativa de los libros infantiles. También me dijo algo de una oveyina verde … Salió larga la conversación, pero si leéis la transcripción, encontraréis claves e incertidumbres; así como la respuesta para llevaros el cuento infantil ‘De qué estará feta la Lluna? (Pintar-Pintar, 2011), en catalán, será por lenguas.

*** Zumo con música de fondo de acordeonista anónimo, para nosotros, en la terraza del Café del Instituto (Gijón).

En medio de la saturación actual de contenidos, sobre todo en Internet, ¿qué historias crees que merecen la pena ser contadas y que prevalezcan?

     Bueno, en Internet como en todo. El soporte yo creo que es lo de menos. Hay que contar las historias que interesen a la gente, que hablen sobre la vida y las personas. Y además hacerlo bien,  agradable.

¿Cómo empezaste a escribir?Asina somos nos

Cuando acabé de leer ‘Cien años de soledad’, una novela que me dejó realmente impactado. Con todo lo que había vivido con ese libro tuve la osadía de decir «esto es muy fácil», es sólo poner palabras como este hombre y ya tienes una novela. Claro, de lo que yo no me di cuenta es que hay que ser un genio como García Márquez para escribir este libro. Fue acto seguido, fue dejar el libro en la mesa de la cocina, me acuerdo perfectamente, y me puse a escribir un cuento. Un cuento que estaba seguro de que iba a ganar además el premio este que hay en La Felguera. Por supuesto no ganó y años después me di cuenta de que el cuento era malísimo. Pero así empecé, con la osadía de pensar que yo iba a hacer algo tan maravilloso gracias  simplemente al impacto de esa novela. Me sucedió además algo muy curioso. Empecé a leerla cuando tendría como quince o dieciséis años y había historias que realmente no asimilaba, hasta que me parecían pijadas. Dejé el libro, lo azoté, y tuvieron que pasar dos o tres años hasta que ya maduré lo suficiente. Ese fue el momento en que yo empecé a escribir de verdad.

¿Dónde escribes?

     Con el ordenador y donde sea. Dame igual. Llevo el portátil y en cualquier sitio. No soy nada repugnante, da igual que haya ruido, música, gente, da igual. Soy capaz de aislarme. Hombre, hasta cierto punto, pero no soy maniático de un sitio, un lugar, una escenografía para escribir. Ahora sí:ordenador. De hecho no soy capaz de escribir con papel, me cuesta muchísimo, es curioso. Y la hora, a la que puedo. Normalmente por cuestión de curro es por la tarde. Pero la mejor hora es por la mañana, cuando te levantas y tienes la cabeza fresca y estás con todas las neuronas al cien por cien.

<<Como ahora…. No, no, por cierto, eso de que el alcohol y las drogas ayudan para escribir es un mito absoluto, bueno igual a alguien le va bien, a mí me va fatal.>>

¿Qué lugares te gustan como escenarios de tus historias? ¿Tienes algún lugar recurrente?

      No, creo que no. Además intento no repetirme. Sí que en mi poesía hay una constante que es el paso del tiempo, sí que vuelvo a esos paraísos perdidos de la infancia, pero lo que es en narrativa hay de todo. Tengo novelas que se desarrollan en pueblos, grandes ciudades. Creo que no hay que repetirse. Lo que hay que buscar es diferentes ambientes, diferentes personajes. Abrir nuevas vías.

¿Quién o qué habita en tu imaginación?

     Qué sé yo, qué sé yo lo que habita… Muchos monstruos y muchos fantasmas. No lo sé, hay veces que no escribes de manera consciente. Cuando acabas y lees lo que hiciste, sobre todo en poesía que es donde uno, por lo menos yo, soy más fiel a mí mismo, es cuando te das cuenta de lo que hay. Por ejemplo, en narrativa tengo una mayor capacidad de ficcionar, de inventar historias, de falsear las realidades, pero en poesía no, el que habla soy yo directamente, y entonces ahí, cuando leo lo que escribí descubro quién es Miguel Rojo. Por ejemplo un día, me estaba presentando la poeta Berta Piñán por mi libro ‘Llaberintos’. La conozco desde hace tiempo, y dijo que leyendo la poesía de Miguel Rojo había conocido a la persona como es posiblemente y no el fingidor que normalmente se muestra ante los demás. Aquello me hizo reflexionar. Probablemente sea así, uno es de cara a los demás, todos fingimos, es decir somos multitud. Lo decía Faulkner ¿no? «Si quieres conocerme lo que tienes que hacer es leer mi obra». Ahora, ¿qué es lo que tengo dentro?. La verdad es que no tengo ni puta idea y casi prefiero no saberlo.

<<Joer cómo escribes de rápido. Y de mal ¿eh?. Bueno, si tú te entiendes. Si el móvil no funciona pues tiraré de la libreta. No te quedarás sin pilas, como me pasó una vez a mí entrevistando a Sepúlveda, que es mi amigo, llevábamos como media hora hablando y de repente nos dimos cuenta que aquello se había quedado sin pilas. Este parece que aguanta, igual cuando llevemos dos horas…>>

La etiqueta, en tu caso de Surdimentu, ¿te influye a la hora de escribir? Escribes Miguel Rojo en Wikipedia y plas, lo primero que sale casi es eso.

     Yo soy biólogo  y…llaberintos

<<Hola. Hola qué tal, sabía que ibais a estar aquí porque quedé también con ella a las cinco y como te iba a mandar esto a correos pues pensé ala, ya se lo doy en mano. Ah, muy bien, gracias. Oye, dame tu correo electrónico que hice fotos. A vale mándamelas. Déjame el boli porfa, tampoco tengo tu teléfono Miguel, estamos incomunidados…Muy bien, voy a guardarte en la agenda, así para la próxima presentación ya te aviso. Bueno, hasta luego. Hasta luego… oye, qué sorpresas, concitas a la gente. Ya ves, ¿dónde estábamos?. ¿Qué la vas a entrevistar también? A ella por la tarde. ¿Para el mismo blog?. Sí, sí. Madre, tas muy ajetreada. Bueno, cuando surgen aprovecho. Hala sigue.>>

Lo de la etiqueta,¿te afecta de alguna manera? ¿te influye? ¿te carga?

     No, las etiquetas se ponen para facilitar a la hora de encuadrar a la gente y que, digamos, el forastero que acude sepa más o menos por dónde vas. Sí estoy contento porque me encuadran con escritores que personalmente admiro. Ye guapo estar con esa gente, pero tiene el peligro de la repetición continua, del corta y pega. Entras en internet y pone siempre lo mismo. En algún momento alguien confundió biología con geología y pusieron que era geólogo. Bueno, entrabas en las páginas más variadas y aparecía como geólogo. Ese es el peligro de las etiquetas, el corta y pega, pero por lo demás no me afecta para nada.

¿Y los premios cómo te afectan?

     Es un caramelín dulce que sabe a gloria. Los escritores como yo que no vivimos de ello o que no tenemos el reconocimiento, probablemente porque no lo merezca, de la sociedad o de estar entre los números uno en ventas, pues un premio literario es el reconocimiento, además en los que yo suelo ganar no hay trampa ni cartón, es un reconocimiento de que lo que haces lo haces bien o que por lo menos llega a cierta gente. Y bueno, son ciertamente caramelinos muy dulces. Tampoco tienen más importancia que esa, la trascendencia es mínima cara a tu labor como escritor, nada más que para acabar en wikikpedia, pero son muy agradables.

¿Vinculas nacionalismo y escritura en asturiano?

     No, para nada. Además hubo al principio, cuando empezó de alguna manera la literatura en asturiano en serio con el primer Surdimentu, con la primera generación, se vinculaba, se trataba de vincular, de crear país a través de la literatura, y eso en muchos casos lo que logró fue crear verdaderos bodrios porque la literatura tiene que  estar al servicio de la literatura. Las causas pueden ser buenas y llegar a tener una gran repercusión, pero la literatura que sale de ahí suele ser muy mala. Yo no soy nacionalista pero la mejor manera de hacer país es escribiendo bien en asturiano, no escribiendo en asturiano sobre tópicos de aldea.

<<Tenemos música de fondo, esto es cojonudo. Ya…>>

Otra etiqueta que tienes: el best-seller en asturiano por ‘Histories d’un seductor (Memories d’un babayu). ¿Qué crees que debe tener un libro para ser exitoso?

     Si lo supiera… ¿te imaginas que el escritor lo supiera?

Te lo tomas casi como una broma lo del best seller ¿no?elviajedetinyton

     No, no, home, fue best-seller en Asturias en su momento sí, creo que fue el libro más vendido y ¿por qué?, pues no lo sé muy bien. Toca un tema como la vida a través del sexo en una persona, pero de una manera muy jocosa ¿no?, de una manera burlona. En el mismo título está. Esa es la clave, contar algo desde el humor y que además la gente se sienta identificada. Para que algo sea mínimamente reconocido o leído es fundamental que el lector se sienta identificado con algo de lo que se cuenta, no con todo, pero que en algún momento pueda decir, joer, esi soy yo o eso hícelo yo, piénsolo yo. Te están contando tu propia vida a través de las palabras del autor y ahí es donde enganchas. En ‘Histories…’ mucha gente se siente identificada con ese grandonismo un poco babayo del ligón de playa que al final se siente más que seductor seducido por la realidad.

<<Voy muy rápido, ¿quieres que hable más lento? No, tranquilo, pero habla alto, que con el acordeón...>>

¿Qué opinas de que se relacione muchas veces lo asturiano con lo cómico?

     Ye verdad. Eso ye una llosa, una lápida encima del movimiento de la recuperación lingüística porque normalmente asociamos la llingua con el típico paisano paleto de pueblo que solo diz tochaes, y cuando te pones a hablar un poco en serio la gente ya no entra. Por otra parte mí me gustaría escribir más novela de humor. Salvo el «best-seller», donde el humor ye muy amargo y hay pasajes en los que te sonríes pero la historia es dramática, no tengo más. Alguna vez sí que me propuse escribir algo divertido pero la historia es como es y me salen verdaderos dramones lacrimosos. Yo soy una persona aparentemente afable, sonriente y tal, muchos me dicen paez mentira Miguel, siendo como tú eres, cómo escribes eses tragedies, pero bueno, de alguna manera la literatura es algo que lleves por dentro que tú no puedes condicionar. Escribes de la manera que escribes igual que eres de una manera determinada y forzarse no suele dar buenos resultados.

¿Corrige alguien tus novelas?

     Hay un proceso en la madurez personal, en la madurez como escritor. Ahora soy mucho más respetuoso con el público, lo cual  implica, curiosamente, que cuanto más vieyu yes, más escribes y más pánico te da llevar lo que escribiste a la imprenta. Así como al principio escribía y iba directamente ahora reviso más la obra, doy muchas más vueltas y sí que antes de sacar algo, tengo cuatro o cinco amigos escritores a los que les mando a leer el manuscrito para que me lo destrocen claro, y sin piedad. Y es bueno. Por ejemplo ahora tengo una novela con la que estoy en pleno gran repaso porque esos enemigos y amigos correctores me la machacaron y con razón. Es un paso bueno. Yo creo que viene bien que te digan lo malo que hay en un libro.

¿Es más juego, más divertido, hacer literatura infantil que escribir para adultos?de qué estará hecha la luna

     Escribirla bien es igual de difícil. Hay un poco el tópico de que escribir  infantil es más fácil que para mayores y no. Cada una tiene sus propias reglas y sus propias dificultades,  y si te saltas estas reglas llega el fracaso. ¿Cuál es la facilidad entre comillas? Que es mucho más corto, un libro infantil son diez o doce páginas y la de aldultos son 200, pero el reto de escribir es siempre el mismo: hacerlo bien y que llegue a la persona a la que va dirigida. Lo que más me gusta de escribir literatura infantil es que todas las normas, equilibrios científicos, maneras de estar, saltan por los aires. La fantasía es absoluta y total. El narrador aquí te permite hacer lo que quieras. Esa es la gran ventaja. De repente los perros hablan y los pájaros se ponen a estudiar bachillerato. Esa facilidad de romper todas las barreras de la normalidad es lo que más me gusta y además funciona con los críos. El otro día, quizás escriba un cuento, con una sobrina de tres años se me ocurrió hablarle de una oveyina verde a la que le habían arrancado una pata y entonces la probe con tanto dolor pegó un salto y está en la luna escondida. Solamente con eso, curiosamente, como quince días depúes, una noche que estaba con ella me dice: Mime, ¿tará la oveyina verde en la luna? Todo aquello que yo le había contado, algo tan fantástico e increíble, para ella tenía una lógica aplastante y andaba buscando a la oveyina verde a la que le faltaba una patina en la luna. Esa es la maravilla de la literatura infantil, pero en cuanto a la dificultad la misma que escribir un poema, un guión de cine o igual que hacer una madreña.

Te lo preguntaba por si tú te lo pasas mejor.

     Sí, sí es más divertido porque rompes, la imaginación salta por los aires. Normalmente, también, cuando estás escribiendo algo tienes que disfrutar, sino las cosas van mal, y con la literatura infantil te recreas. Hay que ser un poco crío también para escribir, tienes que ponerte la mirada del guaje que va a leer eso y el mero hecho de ponerte en esa piel ya te hace disfrutar como un crío.

A esto ya me respondiste. ¿En tu caso la poesía es un género más personal?

Sí, sin ninguna duda.

El hecho de que cultives varios géneros, ¿te hace más libre,estás menos encorsetado de alguna manera?

     Son distintes maneres de contarte a tí mismo y las historias. Utilizas distinta herramienta, la más apropiada en cada momento y sí, yo creo que es bueno. A mí me gusta pasar de estar escribiendo un cuento a ponerte con un libro de poesías, de relatos cortos, escribir una novela o un artículo para el periódico de viajes o de lo que sea. Son distintes maneres de ver el mundo de la literatura, pero al final siempre es lo mismo, es escribir, contar. Sí, está bien. Mira, lo que nunca hice fue teatro.

¿De qué eres profesor?

     De Biología.

¿Cómo motivas a tus alumnos?gingo

     Eso tenías que preguntárselo a ellos… ¿Cómo los motivo? Con humor, fíjate. Soy un profesor humorísticamente duro. Procuro no hacer las clases encorsetadas y con el humor romper la rutina. Es que si tuviera que ser un profesor serio que da la clase yo mismo me moriría de aburrimiento. Entonces, de vez en cuando, cuando veo que la cosa  está un poco decaida y no participan hago el payaso, con lo cual ellos se ríen y yo disfruto. Tampoco tengo mucho mérito, cada uno ye como ye.

¿Y cómo haces tú para seguir motivado como profesor siendo también escritor? ¿Preferirías dejar de dar clases y poder vivir de la escritura?

     El trabajo tratas de hacerlo lo mejor posible, pero sí, me encantaría poder hablar de mi faceta como profesor ya en el pasado y dedicarme a escribir nada más. ¿Qué es lo que pasa? Yo siempre digo que trabajo de escritor y como de profesor. Está bien, lo que más valoro de la enseñanza, aunque con los años cada vez tienes menos paciencia, es el estar en contacto con gente joven. Es un revulsivo, para lo bueno y para lo malo porque a vece te apetez matalos. Es un revulsivo continuo, en la manera de vestir, de pensar y es lo que te mantiene un poco más cerca de la realidad, si no, con la edad te vas aislando. Me gustaría ser el escritor que vive de sus libros, pero lo que no me gusta es la farándula esta mediática. Vale, es necesaria. Sacas un libro tienes que ir con el editor a los sitios, no hay más remedio. Pero vivir de escribir y que además no te conozca nadie por la calle sería genial. Estoy en ello ¿eh? A mí de momento tampoco me conocen por la calle.

<<Bueno, desde que estamos aquí un par de fans se han acercado. Jajaja>>

Yo hubo un año que pedí una excendencia y me fui a Creta a trabajar, a escribir. Me levantaba por la mañana y a escribir. Vivía  como escritor, me acostaba pensando en lo que estaba escribiendo y me levantaba igual. Todo giraba alrededor de la escritura. Eso debe de ser maravilloso si lo haces, no como yo que solo lo hice tres meses, sino de una manera permanente. Cuando estás metido en una novela, totalmente metido absorbe. Es un tampax.

<<¿Has dicho un tampax? Uy eso mejor que no lo apuntes. Titular. Jajaja, «la literatura absorbe como un tampax»,jajaja. Hombre, Julio dijo que «la poesía mola pero también mola arreglar un wáter». Pon, pon lo que quieras, a mí me da igual, me hace gracia, los periodistas estáis ahí serios escribiendo y de repente hay una frase, y pin, ya está, titular. Este es bueno, no me lo puedes negar. Pon, pon lo que quieras.>>

      Pero sí que es verdad que absorbe absolutamente y cuando tienes que preparar la clase, pagar  el recibo, no sé qué, se te distrae. Poder estar centrado, con los tiempos de relax claro donde te toques las narices, eso ayuda.

<< Suelo terminar con una pregunta trampa, una rayada, una especie de juego creativo, pero que la respuesta no tiene por qué ser real. Vaya miedo que me está dando. A que sí. Se me están poniendo los pelos como escarpias, mira, mira. >>

¿Qué ves en el horizonte?

        Ahora mismo nubes, pero saldrá el sol ¿eh? No hay que preocuparse. Yo soy un tío bastante optimista, y también pesimista, un poco los dos. Leí el otro día que Vila-Matas decía que tenía un problema. Que cuando alguien estaba exponiendo un planteamiento razonado él estaba de acuerdo. Acto seguido, viene otra persona y hace el planteamiento contrario, razonado, y joer, también estoy de acuerdo. Pues a mí me pasa eso también. Es terrible, no tengo personalidad.

<<¿Y tú, cómo lo ves?>>

 

 

 

 

    

 

 

 

 

 

 

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