DAVID LÓPEZ. «CUANDO ESCRIBO ME TENGO QUE OLVIDAR DE LO QUE SOY»

On 24 julio, 2013 by Redacción Creatividad Literaria

David López afirma que no sería capaz de hacer algo parecido a  ‘El libro del Desasosiego’ de Pessoa y que no comprende a losEl aventurero Vivar que sufren escribiendo, «para eso ya está el puenting por ejemplo«, añade. Él disfruta y dice que sentiría un cargo de conciencia enorme si quien lea sus novelas se aburre. Por algo ha ganado el XXII Premio Jaén de Novela con El crimen de los Monegros (Mondadori, 2006), el Novela Corta de Valdemembra con ‘Otro afer de niños’ y RocaEditorial, con la que también publicó  La Travesía, se atreve hoy en día a lanzar ni más ni menos que 3800 ejemplares de su última novela, El aventurero Vivar (2013), presentada recientemente en La Semana Negra de Gijón, donde también participó como jurado del premio Espartaco de Novela Histórica.

La noche de esta entrevista, después de meses de documentación y esquematización de la historia, comienza la primera página de una nueva novela. Tratará sobre El  Camino Español, la ruta que trazaban los militares españoles a Flandes para combatir a los holandeses en la conocida como Guerra de los Ochenta Años. David López guarda terminadas otras dos novelas más y el principio de la continuación de El aventurero Vivar.

Difícil seguir el ritmo editorial de un autor que solo deja pasar un mes entre novela y novela. Escribe a diario, mientras ve y memoriza una película. Ahora toca Los Cazafantasmas, locuras de escritor que ejerce de biólogo analista en el Laboratorio de Sanidad Vegetal.

(Entrevista, zumo, tónica y recomendaciones de autores de literatura histórica en El Pinar, Gijón. El listado es el siguiente: Mika Waltari, Patrick O’Brian, Santiago Posteguillo, Colleen McCullough, Gore Vidal y Robert Graves )

 

¿Por qué novela negra, histórica y de aventura?

     La novela negra, que fue con la que empecé, me parecía asequible porque no necesitaba mucha indagación. Era solo narrativa pura y me parecía más sencilla. Empecé con ella porque básicamente me picaron. Un amigo que escribía novela negra me dijo «si yo escribo esto tú también puedes», y me picó. En los ratos libres del trabajo escribí la novela, me llevó más o menos mes y medio. La envié al concurso y gané. Luego me di cuenta de que la novela negra no era exactamente lo mío, preferí la historica donde hay más labor de documentación. La novela negra mejor dejarla para quien sepa trabajar muy bien la trama. Y en cuanto a las aventuras, la novela histórica pura no es que venda mucho. No queda más remedio que meter un poco de aventura si quieres que entre por los ojos, porque para historia te lees el manual de algún catedrático, pero si metes aventuras, pasíon, intrigas y romance pues ya es más digerible para el lector, que al final es de lo que se trata.

¿Basas tus personajes en personas del presente?

El crimen de los Monegros

     Nunca. Nunca me baso ni en el presente ni en mi vida, que es bastante monótona y aburrida, con lo cual poco podría sacar de ella. Me parece hacer trampa. A mí me gusta imaginar, que los personajes sean producto de la imaginación. Son reales en cuanto son históricos, pero pasados por el filtro de la imaginación.

¿Cómo te documentas?

     Bibliotecas, iberlibro.com para comprar toda clase de material de segunda mano, de hecho hoy mismo compré la bi

obrafía de Felipe II por internet a muy buen precio. Revistas universitarias. No te hace falta ir a la Complutense de Madrid a consultar, lo tienes ahí , en la página, es una maravilla, o los serivicios de documentación de la Universidad de Oviedo, están muy bien también, las universidades americanas también . Cosas que antes te llevarían años documentarte  ahora te lleva un par de meses, es una maravilla. Y por supuesto usar  más de una fuente. Confronto siempre que puedo a varios historiadores.

¿Cuál es tu proceso al escribir una novela? 

    Son dos cosas a la par: época histórica y tema de la novela. La época histórica tiene que atraerme pero tiene que haber también material suficiente. Por ejemplo me apasiona la Grecia de los años oscuros, pero falta mucho material, por lo que es una época que posiblemente nunca aborde.  Sin embargo, otro tema que me atrae es el de las Guerras de los Austrias contra los turcos y por ahí sí que puedo empezar porque hay documentación extensa. Al tiempo que leo la documentación voy haciendo la trama, el esqueleto de la narrativa , con sus personajes , los conflictos , un esquema , una estructura, y luego a rellenar los huecos.  Tengo comprobado que cuanto menos completo es el esquema más se desbanda  la novela y si sucede esto, si se sale de los segado ya vamos mal . Prefiero tenerlo todo definido, saber cómo empiezo y cómo acabo. Si no lo hago así no me fío mucho de mi mismo.

¿Qué te aporta tu profesión a la hora de escribir?

     Absolutamente nada. Si escribiera novela negra quizás sí porque trabajo en un laboratorio de análisis, pero para la novela histórica nada. Cualquier cosa que añadiría sería un anacronismo, que es algo que intento evitar a toda costa . De hecho cuando escribo me tengo de olvidar de lo que soy, básicamente.

¿Cómo te formaste como escritor?

     Empecé con catorce años a garabatear páginas. He sido muy lector durante toda mi vida , muy muy lector. En mis años de universidad más, porque yo no estudiaba, leía. Iba a la cafetería de la factultad a leer novelas y a jugar al mus. La lectura la considero imprescindible para escribir bien, tener un bagaje de lectura enorme, muy grande. Y para aprender a escribir novela bien , muy bien , leer novela del siglo XIX, porque te da muchas bases. Después tienes que adaptarte claro, tampoco vas a poner diálogos como Dostoievski o Tolstoi porque te tirarían piedras a la cabeza. Experimenté a escribir y luego por casualidad me metí en el mítico foro de escritores de Terra. Hacíamos cuentos comunes y durante dos o tres años escribí semanalmente. Ahí hice amistad con Javier Pérez.  Él  había ganado el premio de novela Azorín, y me dijo que yo también podía. Probé y gané el Jaén de Novela. Cometí el error de pensar que ya era un escritor. Me dieron cuatro palos en Mondadori que merecía, y despuès empecé a escribir con más humildad.

¿Cómo y cuándo sabes una que historia se convertirá en novela?La Travesía

     Hasta que no llevo 150 páginas. Si es así la termino. No te imaginas todo lo que queda por el camino porque no me convence. Cuando le vas cogiendo cariño a los personajes, cuando ves que te sientas y que te sale fácil entonces sé que funciona. Al principio, cuando estás con los guiones, todo te parece bonito, todo te parece genial, pero es cuando te pones a escribir que te das cuenta de que esto es maravilloso o esto se queda corto.

¿Alguna manía o costumbre que te funcione a la hora de escribir?

     Mogollón. Escribir de noche. Me concentro mejor. Ahora es por obligación pero antes era por gusto. Escribo a partir de las once de la noche, de día los ruidos me descentran. Suelo poner una película al tiempo que estoy escribiendo. Abro una ventana pequeña en la esquina del ordenador. Normalmente es la misma durante toda una novela. Ahora estoy con ‘Los Cazafantasmas’. Debo de haberla visto unas 600 o 700 veces. Los diálogos me los sé de memoria. Mientras estoy escribiendo los estoy recitando como si fuera una lección. También funciona con algunos documentales. Me ayuda a concentrarme. Cuando no consigo avanzar en la novela paro, escucho los diaógos un poquito y luego ya sigo escribiendo. Hay que descansar un poco de la escritura, no estar todo el rato encima, obsesionandote,  al final vas a meter la pata y termienar en un lugar donde no querías ir. Lo que tienes que hacer es parar,  descansar un poquito y volver a ello.

¿Cuándo fue la última vez que te pusiste el parche en el ojo?

     Me puse de pirata escribiendo una novela que sé que jamás publicaré. Lo hice por gusto propio, cometiendo todos los errores que mi editora me dijo que tenía que evitar, es decir todo lo que no vende: lenguaje rebuscado, recargado , arcaico , descripciones largas , insistencia en sentimientos oscuros, negativos y personajes crueles. Me sentí genial, me quedé liberado. Después la metí en un cajonín . Algún día se la mandaré para que se ría también, y para que me la tire a la cabeza . Es absolutamente «inleíble». Está escrita prácticamente entera en español del sigo dieciséis. Me quedó niquelada.

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