ALICIA ÁLVAREZ: «QUE LAS PALABRAS SE COMAN EN LA BOCA»

On 9 septiembre, 2013 by Redacción Creatividad Literaria

Alicia Álvarez tiene el don de la palabra multiplicado por cuatro: Poesía, letras de canciones, artículos periodísticos y relatos cortos. La aguólogaTambién podríamos añadir un quinto, el de la conversación. Un conjunto de razones para indagarle, preguntarle, hurgarle y rascarle en esa cabecita de creadora desde allá por los años 90. En los enlaces enlazados encontrarán las fechas y los datos concisos, los nombres propios de grupos, periódicos, radios, antologías, colaboraciones, partidas de nacimiento, fotos, ciudades, publicaciones y discográficas. Aquí surgió otro tipo de información que no es información, que son gustos, recuerdos y sensaciones.

Solo dos apuntes objetivos de lo que está por venir. Uno que por ahora no podemos decir por amuleto, porque todo salga bien no vaya a ser que se publique y santa rita rita; y otro confirmado: El próximo 27 de Septiembre Alicia estará en el Festival Cosmopoética de Córdoba. En un principio invitada para la lectura de su poemario La Aguóloga, que cumple un año, pero como también hay novedad discográfica de Pauline en la Playa, El mundo se va a acabar,  de nuevo multipliquemos por dos. Le acompañará su hermana Mar Álvarez y sumarán al recital el concierto. En 2015 ha publicado con Huerga&Fierro Aunque no lo parezca, acabará lloviendo.

Pasen y escuchen; o lean y coman: «Me gusta la sonoridad en las palabras. Las escojo por cómo suenan, cómo se pronuncian. Que las palabras se coman en la boca vamos…»

***Café con hielo, cola, rap de fondo y conversación sobre la destrucción del sector periodístico en El Guetu, Gijón.

****Sorteo de ‘La Aguóloga’, aquí.

¿Cuándo y dónde escribes?

Bufff. Resople, pon resople. Es que ahora… Bueno también si hago memoria , siempre ha sido en cualquier lado y en cualquier momento. Yo me acuerdo cuando era adolescente por ejemplo, escribías en servilletas, cachos de papel, en clase lógicamente, así que ya tienes la destreza de escribir en cualquier lugar. Y luego, la música te obliga a escribir probablemente en casa porque estás con la guitarra. Yo no compongo en un sitio que no sea mi casa o la casa de mi hermana, con lo cual eso ya te condiciona. Yo a la hora de escribir canciones escribo siempre con la melodía, con la guitarra al lado, se construye a la par. Y en el caso de La Aguóloga o lo que estoy escribiendo ahora que también es poesía, eso buf, puedo escribir en la mesa de la cocina, en las vacaciones en un cuaderno, en notas, principios de poemas que se me ocurren en la aplicación de notas del Iphone, en muchísimos sitios, pero fundamentalmente en casa. En las estancias de casa en cualquier lado. Aunque tengo un lugar de trabajo luego voy de un lado a otro con el portátil. Fuera escribo más ideas, lo que se me ocurre, esbozos. Una frase, o el principio de una canción. En vacaciones escribo tal cual. Pero crear y construir en casa.

¿Qué te aporta?

     Pues muchísimo. Es una vía de expresión, de autoconocimiento, de exploración, de cómo ve una el mundo, y cómo ves tú el mundo desde la subjetividad de tu objetividad. Me da mucha paz, es algo para mí placentero, liberador. Siempre lo ha sido. Aunque pueda llegar a escribir sobre cosas que a mí no me hacen feliz me libera, me da placer el hecho de escribirlas, con lo cual es un acto muy sano, algo como muy saludable.

<<Las preguntas generales son mucho más fastidiadas que las concretas. A ver esta>>

¿Cuándo es una letra, cuándo un poema y cuándo un relato?

     Yo creo que son todo en uno. En el caso de La Aguóloga está lleno de musicalidad y además es algo buscado. Para mí es muy importante el ritmo en la escritura. Me gusta la sonoridad en las palabras. Las escojo, cómo suenan, cómo se pronuncian, que se coman en la boca vamos. Siempre que tenga un ritmo. Que cuando alguien lo lea vaya cantándolo de alguna manera. En el caso de la música, es una letra cuando va con la música. Yo no sé componer separando letra y música. Hay gente que lo hace, a mí me resultaría imposible. En toda la discografía de Pauline son contadas las veces que hemos partido de una idea, de algo sobre los que nos apetecía hablar  en concreto. Siempre nacen a partir de una frase, de una imagen. Relatos son todos. Una canción cuenta algo y no tiene por qué tener comienzo, nudo y desenlace. En nuestro caso, aunque estén llenas de imágenes y metáforas, normalmente son muy narrativas. En cuanto a la comunicación, a los artículos periodísticos, todos tienen muchísimo ritmo, una condición literaria tremenda. En este caso, cuentas algo concreto, real, pero yo uso mucho ese juego de  que se confunda literatura y comunicación. Vamos, que es un cuatro en uno.

¿Qué efecto te gustaría crear en el lector?

     A mí ninguno en concreto,sino que lo que me gustaría sería tener algún efecto más que uno en concreto. A mí lo que me interesa, y por eso lo hago público porque si no me lo quedaría yo en mi casa y para mí intimidad, porque te apetece compartirlo y que tenga eco. Pues eso lo que me interesa es cómo lo van a  respirar, ¿de qué manera van a interactuar con ello? Es un misterio y es lo bonito de la creación. Esa relación que estableces con la persona que te lee o te escucha sin conocerte, solo a través de esa obra. Hombre, me gustaría que sintieran algo parecido a lo que yo he sentido al hacerlo, pero la identificación es algo que me encanta, que ellos lo hagan suyo y darle su sentido. En el caso de Pauline usamos muchas figuras y metáforas, pero hablamos de cosas concretísimas, lo que pasa es que eso solo lo sabemos nosotras. Esas escenas la gente las hace suyas y eso es muy bonito para el que lo hace.

¿Te pones alguna norma en tus versos libres?

Yo creo que no. La norma es que a mí me parezca que tenga algún tipo de calidad. Nunca doy de paso nada que yo considere que no está suficientemente bien hecho como para  poder ver la luz. Supongo que ahí sí hay normas, las tuyas, las de decir cuál es tu estándar de calidad, qué consideras tú que es bueno. Tiene que ser sincero, tiene que ser honesto, tiene que tener algo de ángel o de encanto. Un montón de cosas pero a la vez ninguna. Lo anterior es a la hora de darlo de paso. A la hora de crear yo escribo lo que en ese momento me pide el cuerpo y hay veces que el cuerpo está más acertado y otras que no.

Me refería a la estructura.

     Totalmente libre. Hay un poema que dice algo así como «los versos tercos», y es así, es verdad, hago lo que me da la gana. A mí lo que pasa es que el verso me lo pide poco. Igual es por eso de tener tan asociada la poesía a la rima o a esa construcción. Me apetece más un verso que se confunda con la narración, que no tenga una estructura definida. Dentro de La Aguóloga hay tres poemas digamos clásicos, de hecho uno cierra y tengo mucho escrito así pero lo que estoy escribiendo ahora va en la línea de La Aguóloga. El verso no me lo pide el cuerpo pero sin embargo cuando leo poesía la leo en verso, para que veas, eso no tiene nada que ver. Yo leo más narrativa que poesía entonces probablemente venga de ahí, lo que pasa es que la narrativa que a mí me llama la atención es muy poética. Ahí es donde se mezcla.

Hay varias referencias a los sueños. ¿Tienes una musa nocturna que te chiva?

Ya podía, sería genial.

¿O es un sueño diurno, consciente?

Es una manera de mirar las cosas. Lo de la duermevela y la ensoñación tiene ese punto que a mí me gusta mucho, y es el de que lo real te parezca irreal pero sin perder ese punto de que esto es lo que te rodea y es lo que te está pasando de verdad. A las cosas les puedes dar un sentido más allá de lo tangible, de que esto es una mesa y tal. Es un poco ese espíritu que tienen los niños, la capacidad de que las cosas signifiquen más allá de su definición. A mí es eso lo que me interesa o cómo me gusta ver el mundo. Yo trato de no perder esa perspectiva y a la hora de crear es la que me sale. Dar a mi entorno, a lo mundano y cotidiano, darle un punto de poesía, de así un poco de surrealismo y de algo mágico y algo onírico. En ese sentido es un sueño, porque tú tienes un sueño y tienes la sensación de que es realidad pero a la vez es todo fantástico ¿no?

Escapas de la coherencia muchas veces. ¿Es una filosofía de vida llevada al papel o viceversa?

Bueno, yo no creo, yo creo que es muy coherente. Otra cosa es surrealista. Desde luego mi vida es absolutamente normal. Soy una mujer que trabaja, que tengo mi familia, mis hobbies, etc. Lo que pasa es lo que te decía, que a la hora de crear trato de hacer eso, la transformación de la realidad, pero coherente es súper coherente, como lógico.

Leo el principio de uno de tus poemas: «Me di la vuelta como hago con los calcetines» ¿Te analizas mucho al escribir o te dejas fluir?

Sí te sirve como auto conocimiento, en el sentido de que luego lo lees y entiendes muchas cosas. Yo no lo uso como terapia ni desde luego me lo planteo de manera premeditada. Para mí es algo muy intuitivo, muy natural, es una manera más de comunicarme desde que soy niña y que he mantenido y no tengo ningún rollo construido de bueno yo con esto quiero conocerme o decir esto, no.

<<Alguien muy enfadado. ¿No lo visteis nunca a este?, cada poco está así. El caso es que no estemos todos así por la calle>>

Eso, que no es una pretensión, es algo muy natural, pero sí es verdad que cuando ya está escrito  ves muchas cosas de tí y con eso aprendes sobre ti misma. Pero es algo más que te aporta y está estupendo.

¿Qué haces para mantener vivo el ingenio y la ingenuidad?alicia

Hombre, el ingenio es un rasgo del carácter, depende de cómo seas tú. La gente ingeniosa es ingeniosa. Yo creo que eso viene de serie. La ingenuidad esa es la que con el tiempo, como vas descubriendo muchas verdades incontestables de la vida,  pues esa es la que cuesta más mantener, lo de mirar las cosas como si lo hicieras por primera vez. Yo tampoco pretendo mirarlas como si fuera la primera vez, yo quiero mirarlas y que me sigan diciendo cosas. Es más esa idea. En ese sentido soy más ingeniosa que ingenua,jajaja,  pero bueno, ingenua sigo siendo en muchas cosas.

Es un insulto ¿no? Ingenua

    Ya, no sé por qué, porque bueno para ciertas cosas está muy bien no entarerte de la misa a la media. Está fantástico, seguro que es una ventaja.

<<Vaya, me repito. Tú dale, dale>>

¿Te expresas mejor desde el absurdo?

     A mí me encanta el humor, el surrealismo. Es un lugar en el que me encuentro muy cómoda como espectadora y desde luego como  creadora también. Plantear cosas que en un principio no tienen lógica me encanta. Además refleja muy bien realidades que no son para nada pretendidamente absurdas sino que se  vuelven. Me gusta transitar por esos lugares, no lo es todo pero sí es una parte de La Aguóloga.

<<Igual me matas, no sé, pero leyendo La Aguóloga me acordé a veces de Alberti. Eso sí que no me lo habían dicho nunca. El Alberti surrealista, el de Cita con charlot triste. Tendría que pensarlo, pero es genial.>>

Cuando no hay nada que celebrar, que ya te me adelantaste, ¿también escribes?

Sí, sí, también, pero sobre todo en los últimos años en los que llevo mucho tiempo afortunadamente instalada en un momento muy bueno sentimental y emocional he aprendido a hablar de las cosas buenas y a hacerlo con tanta poética como las cosas malas. Normalmente uno cuando está muy fastidiado es cuando escribe y eso es verdad, eso es impepinable. En horas bajas verdaderamente el escribir, para la gente que escribimos, actúa como terapia y entonces lo sientes necesario, te libera mucho te sienta muy bien  y claro, como estás sufriendo escribes un montón, es como más fácil o más fluido. Y también hay que escribir en esos momentos de estabilidad, sobre lo bien que estás, lo equilibrado que estás. Se canta menos al amor, se canta al desamor. En el último disco de Pauline y en el anterior, hay canciones de estar muy bien y para mí son igual de poéticas e intensas que las de otros discos en los que estábamos bastante peor. Y me parece  muy interesante además el haber explorado esa parte, la del bienestar, porque se escribe poco sobre ello.

¿Por qué será?

     Pues yo creo que como está bien estás a otras cosas, no a escribir poesía.

Ves cómo te me adelantas. Hay mucho amor en tus versos. ¿Sigue funcionando lo de regalar poemas de amor?

     Hombre a mí me funciona. jajaja. Sí sí, y canciones. A mí me funciona bastante bien. Yo creo que sí, yo creo que una canción o una poesía es la manera más corta e inmediata de acercarte así al corazón. Sí que sigue funcionando, si te regalan música o poesía y aciertan es el mejor regalo, desde luego.

¿Tiene algo que ver La Aguóloga con el clima asturiano?

      Mucho. Muchísimo. Además está escrita en Asturias, cuando viví en Madrid y cuando regresé a Asturias. Está escrita a lo largo de ocho años. Y el clima influye, y en concreto el de Gijón, muy ligado al mar. La humedad, el resol este imposible, cuando dan bueno y no termina de hacer bueno, estos días de verano que empiezan con un sol intenso y acaban lloviendo y dices pero cómo ha podido pasar todo esto en  menos de tres horas, el nordeste ese que nos azota, la playa. Eso marca carácter, condiciona todo, tu infancia, si estás más o menos en casa, si hace más sol o menos. Cuando dicen que somos más taciturnos es verdad. Yo los años que viví en Madrid con ese cielo enorme y haciendo buen tiempo es difícil estar taciturno, y aquí tiendes a eso porque los inviernos verdaderamente son muy largos. Afecta al carácter y con lo cual a la escritura. ‘La Aguóloga’ es el agua, y el agua asturiana, el agua del mar, y si me dices, de San Lorenzo. Además, yo por ejemplo nací no mirando al mar pero casi. Siempre he estado muy cerca, siempre lo tuve súper presente. Cuando me fui, los diez años que viví fuera no lo eché de menos tampoco. Me asombraba. Y cuando volví sí que lo agradecí y de hecho ahora vivo frente al mar.

Pasado un año de la publicación de La Aguóloga, ¿lo ves con ternura o ya caducado?

     No, no, lo veo con total vigencia. Cuando vives como yo vivo creativamente en la independencia, porque  hago música independiente y publico con editoriales independientes, pues claro, tienes una visión muy distinta de lo que caduca, de la novedad o de la vigencia de las cosas. Con los discos incluso más. Sacas el disco, haces la gira, lo promocionas  y en el momento que pasa un año o un año y pico en seguida toda la maquinaria de la industria, incluso la independiente, ya está poniendo las novedades encima de la mesa. Pero desde mi percepción  no es algo que me preocupe, o me interese. No lo veo desde una dimensión comercial, sino desde una creativa, por eso para mí es absolutamente actual, como todos los discos que he hecho, hasta los de hace catorce años, para mí no se pasan.

¿Qué haces ahora?

Estoy escribiendo poesía, fundamentalmente. Y componiendo, claro. Eso siempre.

Te lo habrán preguntado muchas veces, pero ¿alguna vez se te ha ocurrido poner música a los poemas?

    No, es que no me sale. A nosotras nos ofrecían letras, sobre todo al principio. Decíamos que no porque ya las hacíamos, pero nos preguntábamos cómo en casa alguien podía tener una letra. a mí me resulta imposible. La única vez que hicimos algo así fue con un poema de Ángel Guache.

¿Qué pregunta te harías tú?

     No lo sé. Tendría que pensarlo. No lo sé, es muy difícil eso porque como yo lo sé practicamente todo de mí. Claro, a mí me salen las preguntas cuando no lo sé. La respuesta es que ya lo sé. Para qué quiero saber yo más de mí, yo que tengo que estar todo el día conmigo, que me lo pregunten otros.

<<Oye, no me has preguntado por el ilustrador, por Fernando Gutiérrez. Cuéntame.>>

Es fundamental. Fui a la Laboral a hacerle una entrevista. Exponía allí porque acababa de ganar el Premio LAB Joven experimenta. Cuando lo ví, era la de Crisálidas, me quedé totalmente enamorada no, lo siguiente, y nos entendimos muy bien como entrevistado y entrevistadora. Luego, cuando en Huerga y Fierro me dijeron que podía meter ilustración me acordé de él. Con todo el morro del mundo le mandé los poemas a ver si, sin ningún compromiso, le apetecía hacer algo. Le encantó y hizo las ilustraciones. Eso me parece maravilloso. Me parecía muy complicado porque yo tengo muy claro cómo es La Aguóloga y cuando me envió la ilustración de la portada, con el chubasquero amarillo y con es raposo que le sale de la barriga, pensé no hay nada  en este mundo que pudiera definir mejor al personaje que esta imagen que hizo él a partir de lo que sugirió. Trabajar con él fue una pasada, me parece una persona con muchísimo talento.

 

Trackbacks & Pings